lunes, 12 de octubre de 2015

Proyecto 1


LCONTAMINACIÓN  ATMOSFÉRICA

  
   Con toda intención y a modo de reflexión inicial,  he querido empezar este artículo con esta ilustración que pone de manifiesto de una manera clara y visible,  una de las cuestiones más evidentes, significativas y preocupantes de la llamada contaminación atmosférica. El enorme agujero de la capa de ozono está ocupando ya proporciones gigantescas y, lo que es peor, no deja de crecer año tras año con las consecuencias catastróficas para nosotros mismos y nuestro planeta.


  El agujero de la capa de ozono no es más que otra fatal consecuencia de la llamada contaminación atmosférica, que podríamos definir de una manera sencilla, como la presencia en nuestra atmósfera de sustancias nocivas en una cantidad suficiente para causar molestias y riesgo para la salud de las personas, los seres vivos y la naturaleza en general. Y aunque la contaminación atmosférica puede producirse por causas naturales, como la erupción de los volcanes o los incendios forestales no provocados, en realidad la mayor parte de la contaminación actual es debida a la acción del hombre: las fábricas y centrales eléctricas, las centrales nucleares, la quema de basuras, el uso de pesticidas y aerosoles, los motores de coches y aviones, las refinerías de petróleo... que producen dióxido de carbono (CO2), dióxido de sulfuro (SO2), monóxido de carbono (CO), plomo... y todo tipo de gases muy tóxicos y peligrosos.

 Los efectos de estas emisiones continuas en la naturaleza y en nuestra salud son, entre otros: la lluvia ácida, sequías, inundaciones, alergias, irritaciones oculares, enfermedades respiratorias, cánceres, cambio climático, calentamiento global y efecto invernadero.


  El efecto invernadero es un fenómeno natural que ha desarrollado nuestro planeta para permitir que exista la vida y se llama así precisamente porque la Tierra funciona como un verdadero invernadero.
 El planeta está cubierto por una capa de gases llamada atmósfera. Esta capa permite la entrada de algunos rayos solares que calientan la Tierra. Esta, al calentarse, también emite calor pero esta vez la atmósfera impide que se escape todo hacia el espacio y lo devuelve a la superficie terrestre. Este mecanismo (que no es nada simple) permite que el planeta tenga una temperatura aceptable para el desarrollo de la vida tal como la conocemos. El efecto invernadero no tiene nada de malo... lo que pasa es que el hombre ha logrado que este mecanismo natural de la Tierra se esté convirtiendo en un problema muy serio.
  Y es que, como hemos dicho, hay algunos gases en la atmósfera que evitan que el calor de la tierra se escape hacia el espacio y esto hace posible que la temperatura de nuestro planeta no sea demasiado baja... porque nos moriríamos de frío.
El hombre ha ido aumentando progresivamente la cantidad de esos gases en la atmósfera, lo que provoca un paulatino cambio en el clima mundial. Estos efectos en el clima provocan a su vez consecuencias fatales para el planeta: elevación del nivel del mar, deshielo, sequías, inundaciones, pérdida de especies y ecosistemas...

 Otra consecuencia de la contaminación atmosférica es la lluvia ácida. Centrales eléctricas, fábricas, maquinarias y coches "queman" combustibles, por lo tanto, todos son productores de gases contaminantes. Algunos de esos gases (en especial los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre) reaccionan al contacto con la humedad del aire y se transforman en ácido nítrico y ácido clorhídrico. Estos ácidos se depositan en las nubes. La lluvia que producen estas nuebes, que contienen pequeñas partículas de ácido, se conoce con el nombre de "lluvia ácida". La lluvia ácida causa la acidificación de lagos y arroyos y contribuye a dañar los árboles y muchos suelos sensibles de bosques. Además la lluvia ácida acelera el deterioro de los materiales de construcción y las pinturas, incluyendo edificios, estatuas y esculturas irremplazables que son parte de nuestra herencia cultural. Antes de caer al suelo, los gases de dióxido de azufre (SO2) y ósido de nitrógeno (NO) y los derivados de su materia en partículas, sulfatos y nitratos, contribuyen a degradar la visibilidad y perjudican la salud pública.

 Si llegara a nosotros más radiación, podría causar un incremento de cáncer de piel y cataratas. Pero el aumento de la radiación ultravioleta no nos afectaría sólo a nosotros, sino también a toda la vida sobre la tierra. Existiría peligro para las cosechas, las plantas y, por lo tanto, para la producción mundial de alimentos. En el mar, si el plancton marino formado por pequeñas plantas y animales que viven en la superficie del agua desaparecieran, los peces más grandes morirían de hambre y la vida en el mar se extinguiría. Así se perdería una fuente primordial de recursos alimenticios para el hombre.


 Por último, y después de toda esta exposición, creo que lo único que queda por decir es que podemos hacer muchas más cosas de las que creemos para impedir que nuestro planeta se vaya deteriorando cada vez más. En primer lugar está la famosa "REGLA DE LAS 3 R" que todos podemos llevar a cabo: REDUCIR, REUTILIZAR Y RECICLAR. Y después, tomar conciencia nosotros y hacer que los demás también la tomen, de que cualquier pequeño gesto es el granito de arena con el que cualquiera puede contribuir para salvar nuestro planeta. Un poco de cada uno siempre es mucho más que nada.



2 comentarios:

  1. Amb aquest nou treball si completes el que et demanava la primera part del projecte. Molt ben redactat.

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  2. Ara posa els enllaços de les pàgines de les quals has obtingut la informació.

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